Al esbozar algunos aspectos generales de la cosmología antroposófica y teosófica, este artículo sostiene que la imaginación no es simplemente un elemento más dentro del ser humano, sino que es una parte crucial y desempeña un papel significativo en el «todo». Sin embargo, la imaginación no es necesariamente positiva por sí misma, sino que depende mucho del contexto y de los propósitos con los que se ejerce. Sin contexto ni propósito, las imágenes – tan estrechamente relacionadas con la imaginación y tan prevalentes en nuestra cultura visual actual – pueden ser perjudiciales para el crecimiento holístico, especialmente en los niños. Por otro lado, a través del contexto y de un propósito significativo, la imaginación, siendo un puente hacia la totalidad, puede también ser instrumental para sanar la fragmentación, no solo en el individuo, sino en la sociedad en su conjunto. Se sugiere que la educación basada en la imaginación puede ser un medio para la «participación consciente» y, por tanto, para la evolución humana.
Palabras clave: Imaginación, educación, desarrollo humano, septenios, antroposofía