Estamos muy contentos de contar para esta entrevista con cinco formadores internacionales. ¡Muchas gracias! ¿Se podrían presentar y hablar de su trabajo?
Christian Boettger: En Alemania tenemos muchas opciones para estudiar pedagogía pero no bastan para satisfacer la demanda de docentes Waldorf calificados que tienen las escuelas. En colaboración con Michael Harslem hemos desarrollado unos estudios a tiempo parcial para docentes de escuelas Waldorf organizados cooperativamente. Parte de la idea de que los docentes tienen que estar cerca de las escuelas y que el desarrollo personal es fundamental en su formación. Son los propios estudiantes quienes lo deberían planificar y organizar. Sin embargo, para garantizar la continuidad precisan de un orientador que les acompañe que a su vez también tiene que profundizar en sus estudios. Yo enseño a formadores de adultos y también imparto cursos organizados de forma cooperativa para aspirantes a docentes, comento los temas que los estudiantes escogen. Actualmente, estoy implicado en el curso Los Fundamentos de la Experiencia Humana en Offenburg (Alemania). Los estudiantes tienen que gestionar los programas y las finanzas cooperativamente pero también necesitan cierta orientación, en particular en lo que al diseño del currículo se refiere. No obstante, cuando empiezan a ejercer en nuestras escuelas vemos que han adquirido habilidades sociales excelentes y ya están familiarizados con la gestión cooperativa.
Melanie Guerra: He sido docente en una Escuela Waldorf de São Paulo, Brasil, durante 16 años y en los últimos diez también he formado a profesores en un seminario de allí. En 2017, el Ministerio de Educación de Brasil autorizó que la Facultade Rudolf Steiner impartiera el Grado y el Máster en Pedagogía Waldorf.
Susan Howard: Desde 1984 trabajo como formadora de docentes, como directora del Programa de Formación de Docentes de Infancia Temprana en el Sunbridge Institute (EE.UU). También he impartido cursos de formación sobre infancia temprana en Chengdu (China) y he trabajado como asesora del Programa de Formación de Docentes de Infancia Temprana de China. Participo activamente en el grupo de trabajo sobre formación de la IASWECE (Asociación Internacional de Parvularios Waldorf), que estudia y reconoce cursos de formación Waldorf/Steiner sobre infancia temprana en todo el mundo. Administro la «red de formadores» en la que los formadores de infancia temprana Waldorf/Steiner comparten dudas, investigación, planes de estudios, etc. Cada dos años organizamos reuniones internacionales de formadores Waldorf/Steiner. También soy miembro de la Asociación Waldorf de Infancia Temprana y del Comité de Formación de Docentes de América del Norte. En ambos grupos he participado activamente en la creación de directrices y en la difusión de los principios para la formación de educadores de infancia temprana Waldorf que aplican ambas organizaciones para reconocer cursos e institutos Waldorf de formación de este tipo de docentes.
Louisa Oberholzer: Como coordinadora de la Federación Sudafricana de Escuelas Waldorf tengo la responsabilidad de ayudar a los docentes a reforzar su conocimiento de los principios de la pedagogía Waldorf y de aplicarlos en el aula. He ayudado al Consejo a redactar el Plan Nacional de Estudios Básicos para Docentes para guiar a las escuelas en materia de la formación de docentes. He dedicado una parte considerable del tiempo a la formación y a hacer de mentora de docentes formados por el estado que han empezado a trabajar en una escuela Waldorf. Como coordinadora del Consejo de la Federación tengo la responsabilidad de alfabetizar docentes que ya trabajan en escuelas. Les proporciono módulos de formación para docentes, sobre todo en Western Cape, que es donde vivo. Estos módulos abarcan la gramática, la ortografía, la redacción y la expresión oral. Hago de mentora de docentes: observo sus lecciones, se las comento y les ayudo a planificar las clases. Facilito módulos que imparten formadores visitantes.
Empecé un seminario piloto de formación de lengua en 2016 que se basa en el formato de la English Week (semana inglesa). La llamamos Language Week (semana de la lengua) y la hemos abierto a todos los docentes de lengua, incluyendo el afrikáans y otras lenguas africanas. Colaboro en la evaluación de la alfabetización que se realiza para el estudio anual de estándares académicos de la Federación.
Angelika Wiehl: Soy exalumna Waldorf y siempre me ha encantado ir a la escuela. Aún hoy siento que la calidad de mis experiencias de afirmación de la vida en la escuela realmente me ha fortalecido. En mis casi 30 años como docente Waldorf, como profesora de pedagogía Waldorf, y ahora como profesora en la Alanus Hochschule, una de mis preocupaciones principales siempre ha sido hacer posible que los alumnos experimenten esa sensación fundamental de arraigo a la vida. Para los docentes Waldorf es particularmente importante gozar de una educación verdaderamente orientada a la vida.
¿Cuáles son los retos actuales para ustedes, sus alumnos, su país y el mundo en general?
Christian Boettger: En las Escuelas Waldorf no hay profesionales suficientemente preparados o docentes realmente calificados. La tendencia demográfica indica que la mayoría de los docentes experimentados y activos se retirarán en los próximos siete años. Se avecina un cambio generacional en las escuelas que incrementará notablemente la necesidad de jóvenes docentes. Además, no hay suficientes personas con la capacidad de transmitir sus conocimientos y habilidades. Por supuesto, es muy importante emplear el lenguaje correcto, un lenguaje que motive e inspire a los otros a involucrarse en las conferencias y escritos de Steiner. En Alemania, está el reto de establecer el concepto de los estudios a tiempo parcial gestionados cooperativamente.
Melanie Guerra: Pues hay muchos retos, por ejemplo, inspirar a los estudiantes para que empiecen juntos proyectos de investigación. Otros retos son: ayudar a los estudiantes a acercase a la antroposofía y ver cómo logramos que traten las cuestiones pedagógicas de forma independiente.
Susan Howard: A los estudiantes, hoy día les resulta difícil permitirseuna formación Waldorf. Cada vez más, necesitan un trabajo a tiempo completo a la vez que se forman. A menudo son familias jóvenes, con unas vidas bastante al límite. Muchos han tenido infancias o unos primeros años de adultez traumáticos y llegan a la formación un tanto «heridos», necesitan recobrar su propia salud y bienestar a la vez que se preparan para atender a los jóvenes.
Cuanto más específicos son los campos de la infancia temprana, por ejemplo, la atención a los bebés, las clases de padres y bebés, la atención posterior, etc., más formación especializada se necesita. El peligro está en que los alumnos pierden la visión de «conjunto». Asimismo, muchas veces, la formación en educación de infancia temprana está separada de la de magisterio, por lo que puede que los futuros educadores de la especialidad no conozcan lo suficiente la pedagogía Waldorf.
En el ámbito internacional, pese que los cursos siguen orientaciones internacionales, observo el reto de saber cuáles son las asunciones culturales de los formadores (me preocupa que en todo el mundo se esté fomentando un enfoque eurocéntrico y tradicional en la educación infantil). También nos hacen falta oportunidades para renovar realmente nuestra aproximación al trabajo con los alumnos de hoy. Estos son los temas en los que nos hemos centrado en los últimos años en reuniones de educadores de infancia temprana organizados por la IASWECE.
Otro reto que detecto es el de la autorización de docentes y el reconocimiento por parte de los gobiernos de los programas de formación de docentes Waldorf. Existe una tendencia general hacia la “academización” de este tipo de formación. Quiero decir que nos centramos mucho en el trabajo conceptual y teórico del curso y en las tendencias actuales en educación más que en experiencias que fomentan el desarrollo humano, social, artístico, espiritual y las capacidades prácticas que necesitan los que trabajan con niños muy pequeños.
En América del Norte otro reto es hacer accesible la formación de docentes Waldorf para los estudiantes, habida cuenta que su sueldo futuro será modesto. En gran parte, los programas de formación de pedagogía Waldorf, se financian a través de los honorarios que pagan los estudiantes, algo que es una dificultad tanto para ellos como para los centros de formación.
This means that there are no full-time professional Waldorf early childhood training colleagues in the USA, and only one person in Canada.
Observo que cada vez hay más cursos de formación a tiempo parcial, lo que también es una dificultad, porque significa que en los EE.UU no hay colegas profesionales que formen a jornada completa a docentes Waldorf de infancia temprana y en Canadá solo una persona. Esto debilita la capacidad de los centros de formación de investigar, publicar artículos e implicarse en el debate educativo en sentido más amplio. Los cursos de formación también necesitan incluir más preparación en materia de trabajo colaborativo con colegas y padres, de trabajo con niños con necesidades particulares, y de trabajo con los padres con recién nacidos, bebés y niños pequeños hasta los tres años. Existe el peligro de que la educación Waldorf de infancia temprana se convierta en una colección de métodos, más que en una práctica artística en un contexto social. Una práctica así lleva más tiempo desarrollarla y resulta más cara.
Louisa Oberholzer: Algunas escuelas no logran atraer a docentes Waldorf formados, por lo que los tienen que formar en los propios centros. Lamentablemente, a menudo esto no funciona. Los docentes se están un tiempo, se forman y luego se van.
En algunas de nuestras escuelas muchas veces resulta difícil alcanzar un buen nivel real de enseñanza Waldorf, donde se observen los principios de la pedagogía Waldorf. Hoy día parece que con frecuencia los docentes buscan material didáctico listo para la lección. Un gran reto de la alfabetización de este país es la pobre educación primaria de los docentes desfavorecidos durante el régimen del apartheid. Estos docentes llegan al puesto de trabajo con falta de fluidez en lengua inglesa. La mayoría no tiene el inglés como lengua materna.
Otro reto es el nivel de expresión escrita de los niños de hoy. Al evaluar la alfabetización hemos encontrado que los docentes son capaces de preparar a los niños para escribir narraciones de una forma factual. La capacidad de describir y de escribir de forma concisa están subdesarrolladas. Esperemos que, en este sentido, la Language Week marque la diferencia.
Angelika Wiehl: Los retos son tan diversos que me resulta difícil responder a esta pregunta. Debemos enfocar de otra forma nuestro trabajo, nuestra pedagogía y nuestra práctica en relación con la pedagogía Waldorf. A ello se suma que la enseñanza de hoy día en todos los ámbitos está marcada principalmente por las directrices de la OCDE y, por lo tanto, orientada al desarrollo económico y técnico. Teniendo en cuenta los retos mundiales, conflictos armados, desastres y crisis de refugiados, estoy segura de que la pedagogía Waldorf puede desempeñar un papel importante en hacer que merezca la pena vivir y en hacer frente el futuro. Niños y adolescentes esperan de nosotros que les proporcionemos una orientación con significado para que puedan entender su propias intenciones y asumir la responsabilidad para con la gente y nuestro planeta. De un tiempo a esta parte he estado sopesando la cuestión de la ética pedagógica en la pedagogía Waldorf. En resumen, se trata de obrar bien, de aspirar a lo mejor en cada situación educativa y ponerlo en marcha. En su conferencia final de la serie Los Fundamentos de la Experiencia Humana, Steiner aporta tres ideales orientativos: la necesidad de la imaginación, un sentido de la verdad y de la responsabilidad. Si adoptamos estos ideales como lema para la formación de docentes Waldorf podemos trabajar juntos, en todo el mundo, en las habilidades y las capacidades conectadas a ello y así encontrar los marcos adecuados para la formación de docentes.
¿Qué preguntas se plantean en relación a la formación de los docentes Waldorf?
Christian Boettger: Hay un sinfín de preguntas y problemas pero yo ahora me centro en la búsqueda de una nueva generación que se implique en la formación de docentes. En la última reunión y en los últimos seminarios de centros de formación de docentes en Alemania nos hemos dado cuenta de que el listón está muy alto cuando hablamos enseñar Los Fundamentos de la Experiencia Humana. Por eso, sugiero que los centros consolidados inviten a docentes Waldorf interesados en observar los cursos de formadores de docentes. Podrían impartir un curso sobre Los Fundamentos de la Experiencia Humana con un formador experimentado para familiarizarse con este interesante campo de trabajo. ¡Sería fantástico que alguien hiciera suya la sugerencia! Necesitamos tener muchas ideas. Necesitamos formación para educadores potenciales.
Melanie Guerra: ¿Cómo se enseña o forma a los formadores de adultos?¿Qué formación básica deben recibir los docentes? ¿Cómo incorporamos Los Fundamentos de la Experiencia Humana en nuestros cursos? ¿Cómo evaluamos a los estudiantes?
Susan Howard: Mis preguntas tienen que ver con las preocupaciones que hemos descrito anteriormente. En concreto, me interesa encontrar nuevas aproximaciones a la formación de docentes de infancia temprana Waldorf. Una formación que implique a los adultos en su propio proceso educativo más que en depender de las formas tradicionales como las conferencias o los seminarios. También estoy interesada en trabajar con mayor consciencia con los aspectos universales de la pedagogía Waldorf cuando encuentran una única expresión en varias culturas. También estoy interesada en investigar lo que sea relevante para apoyar y profundizar en las capacidades educativas. Como formadores de adultos, ¿cómo desarrollamos una cultura de investigación adecuada y útil para la pedagogía Waldorf? Y, por su puesto, también necesitamos investigación que apoye (y desafíe) los enfoques pedagógicos Waldorf. Sin embargo, no tengo claro qué estudios de investigación real serían los más importantes y quién tiene la capacidad, la credibilidad y la objetividad para llevarla a cabo.
Louisa Oberholzer: Para mi, una primera cuestión es cómo mejoramos la expresión oral de los docentes. Como mentora me preocupa la falta de vida y modulación de la voz del docente. Soy consciente de que el sonido de la voz actúa profundamente en el alma del niño y que una voz ágil y viva estimulará su dinámica vida interior. En una conversación reciente con Geoffrey Norris, discutimos la posibilidad de poner en marcha una formación de expresión oral para docentes en Sudáfrica. Estoy convencida de que si lo logramos, daremos grandes pasos en la mejora de la calidad de la pedagogía Waldorf.
Cuanto más trabajo con profesores más constato que la transformación necesaria para construir una pedagogía Waldorf verdadera se halla en las artes. El docente debe convertirse en un artista del pensamiento en imágenes, es necesario para el docente Waldorf. Considero que para crear este tipo de pensamiento, más que explicarlo a los docentes, resulta más efectivo realizar actividades artísticas.
Creo que fracasaremos por completo en nuestros esfuerzo de crear un movimiento Waldorf si la aproximación al estudio de la antroposofía no se vive con más profundidad. Cuando se planta la semilla, aunque solo sea en uno o dos docentes de la escuela, se produce una gran diferencia. Mi pregunta es cómo llevamos este tipo de estudios a una escuela como práctica continuada aceptada.
Angelika Wiehl: La lista de preguntas es larga, solo les quiero dar algunos ejemplos: ¿Cómo podemos cooperar con éxito en el ámbito de la pedagogía antroposófica y también en lo que la investigación y ciencia interdisciplinaria se refiere? ¿Cómo cuidamos de la pedagogía Waldorf y la seguimos desarrollando y desde dónde? ¿Cómo influye la pedagogía Waldorf a nuestra cultura y viceversa?
En cuanto a la formación de docentes, depende mucho de los contextos: ¿Estamos hablando de pedagogía Waldorf, de didáctica? Actualmente, imparto cursos sobre los principios Waldorf, pedagogía, antroposofía, psicología evolutiva, principios estéticos y procesos artísticos, algunas veces también sobre didáctica específica, por eso estoy interesada en estas cuestiones. También es importante tener en cuenta cómo practicamos la antropología y profundizamos en ella (incluso para quienes no tenga estudios previos de antroposofía) y en el estudio pedagógico, artístico y social (aquí no me refiero a cursos de arte). Vinculado a todo esto está el deseo de alejarnos de la didáctica tradicional y de recetas de enseñanza pero sin dejar de lado los ejemplos.
Para mis cursos de antropología en la Alanus Hochschule he desarrollado uno de los métodos de Steiner que se proponen en una serie de conferencias tituladas Psicología Supersensible y Equilibrio en la Enseñanza. A la lectura del texto le siguen debates de «andar y hablar» para contemplar y profundizar, imágenes coloreadas y finalmente una representación creativa del contenido. Recientemente, un colega, refiriéndose a los principios de la pedagogía Waldorf, dijo «necesitamos nutrirnos», a saber, con contenido que nos toque y nos ayude a desarrollarnos personalmente. Esta es la fuente de nuestra práctica docente. Algo que también es válido para nuestra práctica artística y social. ¿Qué nos puede inspirar para hacer frente a nuestras tareas pedagógicas del futuro? Ser adultos interesados y entusiastas, enfocar cuestiones enigmáticas para aprender algo nuevo y gratificante.
¡Muchas gracias por la entrevista! ¡Les deseamos lo mejor!
Traducido por Mercè Amat