Entorno y desarrollo escolar
La Escuela Waldorf de Nairobi está bien situada en el barrio de Karen. Nairobi, capital de Kenia, está marcada por los extremos: por un lado están las fachadas esplendorosas de los “actores globales” y, por el otro, el mayor barrio de chabolas de África. La escuela fue fundada por emigrantes alemanes. Hoy, recibe sobretodo niños de familias prósperas de todos los continentes: miembros de las cuatro principales religiones del mundo, de varias culturas y tribus kenianas. Actualmente, los profesores Waldorf son todos nativos de Kenia. Comparado con Europa, viven, como los maestros de Kusi Kawsay (Perú), en condiciones muy modestas.
Desde su fundación, y durante varios años, en la Escuela Waldorf de Nairobi se celebraban las fiestas europeas cristianas tradicionales. Unas tradiciones que poco o nada tienen que ver con las condiciones geográficas y climáticas locales. Con el tiempo, los padres de origen multicultural y multirreligioso de la escuela pidieron que las celebraciones respondieran a estas circunstancias. En consecuencia, empezó una búsqueda de nuevas formas de celebración. Se realizó por separado y de dos formas distintas en la escuela y en el parvulario, y arrojó resultados diferentes.
Ejemplo de celebración anual: la Fiesta de la Luz
La Fiesta de la Luz se celebra tanto en la escuela como en el parvulario. En la escuela había una conciencia creciente de la mezcla de niños de todos los continentes. Buscando un elemento que conectara las celebraciones más importantes de las cuatro religiones del mundo (al que los ateos también tuvieran acceso), surgió la “luz” como elemento esencial para las principales celebraciones anuales del judaísmo, el islam, el hinduismo y el cristianismo. Por eso, la “luz” (que es el motivo principal de celebración) se celebra todos los años de forma distinta y con un argumento que hace posible experimentar metafóricamente la transformación de un elemento “oscuro” en un elemento luminoso mediante contribuciones de cada clase de tipo escénico y artístico integradas. En las celebraciones de la Fiesta de la Luz siempre están presentes elementos de las cuatro religiones del mundo. Esta celebración de la “unión” (como la llamó un profesor) se celebra a principios de diciembre.
Otras celebraciones de la escuela
Las otras dos celebraciones más importantes de la vida de la escuela han sido creadas a través de un proceso de transformación de las fiestas cristianas de Pascua y San Miguel.
Todas las clases, el profesorado así como el personal de la escuela participa en el Almuerzo de Pascua. La semana previa a la celebración, la comunidad escolar realiza un ayuno adaptado a los niños. El dinero que se ahorra en la cocina escolar se dona a un proyecto para refugiados vinculado a la escuela. El día del Almuerzo de Pascua, cada clase recibe platos que han preparado con afecto otras clases de la escuela. Luego decoran una mesa para la clase que les ha tocado y los respectivos maestros. El personal de cocina también contribuye poniendo la mesa con esmero en una gran carpa de la comunidad que hace las veces de cafetería y sala de celebraciones simultáneamente. Renunciar y compartir, preocuparse por los demás y celebrar una comida son motivos de la Pascua universalmente transformados y los miembros de toda cultura y religión, incluso los ateos, pueden llenar esta celebración de significado y alegría. Siguiendo este proceso de transformación, ahora también se invita a la celebración al numeroso personal de limpieza, cocina, conserjería y vigilancia. En la Fiesta del Coraje, los famosos motivos de San Miguel de las escuelas Waldorf están muy presentes. Por toda la escuela, se instalan muchas pruebas de coraje realmente exigentes. Los niños experimentan cómo cada año dominan pruebas de coraje cada vez más difíciles, pruebas que el año anterior aun les daban miedo. Por consiguiente, experimentan su crecimiento individual y su maduración mental que, año tras año, despierta una mayor confianza sana en si mismos.
Creación de celebraciones en el parvulario
En el parvulario, el proceso de desarrollo fue más subconsciente, puesto que las maestras de hecho ya estaban satisfechas con las celebraciones de índole europea. Un mentor Waldorf de Australia inició el proceso, que comenzó con un prolongado e intenso periodo de observación de la naturaleza a lo largo de todas las estaciones y con el dietario correspondiente de cada maestra de parvulario. Semanalmente, en una reunión, se intercambiaban observaciones. Esta observación de la naturaleza y del entorno larga, sin límites y abierta duró dos años. No fue hasta entonces que el mentor preguntó si las observaciones se podían o no tomarcomo punto de partida para reorganizar las celebraciones anuales en las que los niños pudieran experimentar una conexión más directa con la naturaleza local. Por ejemplo, ¿podrían encontrar un motivo que permitiera que los niños tuvieran una experiencia similar a la de Pascua? Este fue el punto de partida de una experiencia personal que una maestra de parvulario definía como “algo mágico, que surgió…”. Había crecido con los fenómenos naturales, pero fue gracias al proceso consciente de observación y formulación, así como la subsiguiente pregunta del mentor, que trajo a la conciencia un motivo prominente de esta estación y región: en abril, tras el calor y la sequía extremos y hostiles del verano, llega la lluvia a Nairobi. El sol se esconde detrás de las nubes. Pero siempre que sale, aparecen incontables arcoíris en el cielo. Describieron el alivio de las lluvias como una especie de resurrección y el motivo con el que los niños podían relacionarlo directamente era esos arcoíris. Así es como se creó la colorida y alegre Fiesta del Arcoíris.
Las celebraciones anuales del parvulario de la Escuela Waldorf de Nairobi
Fiesta de la Luz: se celebra de forma similar a la escuela pero se adapta a los más pequeños. Fiesta del Arcoíris: véase más arriba.
Fiesta del Farolillo: tiene lugar en Junio. Es invierno en Nairobi y afuera hace frío y está gris. Se celebra como las fiestas del farolillo en Europa en honor a San Martín, una semana antes de la Fiesta Shambani.
Fiesta deShambani (“jardín” en suajili): se celebra durante el profundo invierno gris y frío, en julio, al final de la larga estación de lluvias. Los jardines están rebosantes de fruta y hortalizas. La fiesta es la celebración de la cosecha en dos sentidos. El primer día, la escuela despide a los niños con un espiral de velas y versos. Se llevan, por decirlo así, su luz y sus habilidades para que brillen en un lugar nuevo. Al día siguiente, se hace la cosecha y las hortalizas se preparan para una comida común.
Fiesta de la Flor: se celebra en octubre (primavera) al principio de la estación corta de lluvias (Nairobi tiene una estación de lluvias corta y otra larga). El frío gris del invierno es el pasado, los pájaros gorjean y las flores empiezan a florecer con gran abundancia. Las flores de los árboles del jacarandá forman un delicado mar de color morado en los mismos árboles y por el recinto escolar. La fiesta se celebra en las aulas, horneando y preparando manualidades (todas relacionadas con las flores, los pájaros y los insectos) y en el exterior con bailes y coronas de flores.
"Unión" e "interconexión"
Una maestra ve la “unión” como el motivo principal de la transformación de las celebraciones tradicionales de la Escuela Waldorf en la de Nairobi. Describe los esfuerzos de la comunidad escolar por implicar a todas las familias con orígenes multiculturales y multirreligiosos. Tuve la oportunidad de experimentar esta sensación de comunidad en la celebración de la Fiesta de la Luz. El significado de “interconexión” solo se puede tratar de explicar. En el sentido que lo usamos aquí, destaca la conexión con la naturaleza del entorno que se desarrolló mediante el proceso de observación de las maestras del parvulario que desde entonces ha permanecido en el subconsciente. La implementación de los temas festivos hace que los niños del parvulario encuentren una conexión adecuada con la naturaleza de su alrededor, algo que no había sido posible con las celebraciones anuales de origen europeo. La maestra de parvulario describe la Fiesta del Arcoíris como una conexión amplia, holística, casi de carácter espiritual. El concepto del color da un sentido metafórico de conexión que abarca toda la colorida comunidad escolar. Además, dice, todo el mundo puede experimentar esta sensación de conexión. Incluso puede comprender una experiencia individual de lo divino, aunque no es necesario. Lo último fue importante para la maestra, para que los ateos también se pudieran identificar con la celebración.
¿Pegar alas en la oruga y llamarla mariposa?
Me refiero a la imagen de Neil Boland (1), Nueva Zelanda, preocupado por cuestiones relativas al eurocentrismo del currículo Waldorf y de cómo superarlo. ¿Dónde encontramos la metamorfosis de las celebraciones de la Escuela Waldorf de Nairobi? Nadie dudará de que la metamorfosis en el caso de las “nuevas” celebraciones anuales Waldorf se halla en el parvulario. Pero también en las celebraciones de la escuela, especialmente en la Fiesta de la Luz, donde se ha producido una auténtica transformación interna. En algunas celebraciones no es necesaria la transformación interna porque los motivos subyacentes son universales, como es la Fiesta del Coraje. En este caso, el distanciamiento deliberado de un nombre designado religiosamente no ha producido una metamorfosis directa, sino una transformación que hace posible una identificación transcultural con esta celebración. Y en todas las culturas y religiones contemporáneas necesitamos coraje. La oruga ha experimentado su transformación y en Nairobi la mariposa ya puede volar.
Vera Hoffmann hace 25 años que es maestra. Actualmente trabaja en Suiza. Durante siete años fue la directora en España de una pequeña escuela Waldorf y multicultural. En este periodo, la escuela dejó las raíces centroeuropeas y pasó a ser una escuela castellanohablante. Vera está especialmente interesada en los cambios en el seno del movimiento Waldorf internacional. Es una entusiasta de cuanto acontece entorno al escrutinio de las tradiciones y hábitos, orientados hacia las necesidades contemporáneas y las circunstancias locales y que exploran nuevos métodos pedagógicos Waldorf. Actualmente, en su clase hay familias de doce nacionalidades distintas, cuatro continentes y tres religiones del mundo. Vera intenta trasladar, a pequeña escala, ese interés a su clase.
Referencias
(1) Boland, N. (2014). Sticking wings on a caterpillar? Journal of Waldorf/Rudolf Steiner Education, 16(2). (artículo no traducido al español).
Traducido por Mercè Amat