Me gustaría hacer una segunda revisión (esta vez temporal, de ser una persona del su tiempo). Tenemos que ver cómo se trata el tiempo, en qué punto de su fluir se ubica el movimiento Waldorf. La relación de la pedagogía Waldorf con el lugar es importante. He llegado a la conclusión de que comprender nuestra relación con el tiempo y las necesidades del tiempo en que vivimos es más que crítica.
Pedagogía para hoy
Creo que muchos de nosotros hemos escuchado decir alguna vez que la pedagogía Waldorf es “una pedagogía del futuro”. Tal vez incluso “LA pedagogía para el futuro”. Como concepto, no me suscita ningún problema, aunque añadiría que necesitamos ser una pedagogía de hoy más que del mañana.
En la conferencia "Los fundamentos de la experiencia humana", Steiner dice: “Tenemos que tener un interés vivo en lo que ocurre hoy, sino seremos malos profesores para esta escuela. No debemos tener solo entusiasmo por nuestras tareas específicas. Únicamente podremos ser buenos profesores si tenemos un interés vivo en todo cuanto acontece en el mundo” (1).
La pedagogía Waldorf cuenta con una documentada tendencia a la autoexclusión (2), a vivir en una burbuja, a aislarse de los grandes debates de la educación y de los demás profesionales de la educación. Cuanto mayores son los alumnos, más importante es para ellos saber que sus profesores están plenamente interesados en todo lo que ocurre en el mundo, que están al corriente de cada tendencia y tema, que llevan la iniciativa en su campo de especialidad y que son activamente “personas de hoy”.
Estudios de futuros
El instituto Futures Studies alberga diferentes áreas que se combinan para ver cómo serán el mundo, el entorno y la sociedad en el futuro. Incluye todas las disciplinas, se redefine constantemente y se reorienta. Lo resume de forma excelente Jennifer Gidley en un libro publicado recientemente y que recomiendo: "A very short introduction to the future"(3).
Futures Studies analiza cómo podría ser el futuro y, especialmente, se enfrenta a una cuestión vital: ¿qué deberíamos estar haciendo para educar a nuestros alumnos a responder a estos futuros (indeterminados)?
James Martin fundó el instituto de investigación en Estudios futuros de la Universidad de Oxford (Inglaterra) en 2005 (4). En su libro, "The meaning of the 21st century: The make-or-break century" (5) enumera lo que, en su opinión, son problemas a gran escala del siglo XXI. Son desafíos a los que nos enfrentamos como individuos, como docentes, como países. Desde los años 70 se les viene llamando “problemas perversos”. Son 16 y conforman la espina dorsal de las noticias más graves.
1. Calentamiento global
2. Crecimiento demográfico excesivo
3. Escasez de agua
4. Destrucción de la vida en los océanos
5. Desertificación
6. Hambrunas masivas en países mal administrados
7. Pobreza extrema
8. Crecimiento de las ciudades de chabolas
9. Migraciones globales imparables
10. Pandemias
11. Colapso financiero
12. Actores no-estatales con armas extremas
13. Extremismo religioso violento
14. Inteligencia computacional desbocada
15. Un guerra que podría acabar con la civilización
16. Riesgos para la existencia del Homo Sapiens
En gran medida, estos problemas perversos han sido creados en nuestra época; tenemos que afrontarlos pero, sobretodo, serán nuestros hijos y nuestros nietos quienes deberán hacerlo.
Todos estos problemas perversos son multinacionales. No los puede solucionar un país por si solo. Todos los países, a distintos niveles, contribuyen a causar la mayoría de los problemas y deben participar en las soluciones. Son problemas que están interconectados y, por ello, las soluciones, en gran medida, també lo están. Más que nada, se asemejan a una madeja de lana enredada. Si se tira de un extremo, se tensan los demás. La mayoría de los problemas son consecuencia de una mala gestión o de una falta de previsión.
Porque lo necesitamos
Cuando se creó la primera escuela Waldorf en Alemania, tras la Primera Guerra Mundial, la sociedad estaba en crisis, al menos en esa parte del mundo. Ahora todo el mundo está en crisis, a muchos más niveles. Así que, ¿por qué has elegido estar aquí en este momento? ¿Por qué los niños a quienes enseñamos, nuestros hijos, nuestros nietos han elegido encarnarse ahora, en estos tiempos, para trabajar con estas cosas? Una respuesta es porque quieren y lo necesitan; esta época les dará las oportunidades que buscan para desarrollarse.
Todas las crisis son, simultáneamente, momentos de oportunidad. Einstein dijo: “Es esencial un nuevo tipo de pensamiento si la humanidad [sic] ha de sobrevivir y avanzar hacia los niveles más altos” (6). Estos problemas son retos para descubrir el “nuevo tipo de pensamiento... [para] avanzar hacia los niveles más altos” de los que Einstein hablaba. En filosofía perenne, un momento así se llama oportunidad para la iniciación, una oportunidad para someterse a un proceso que puede culminar en un nivel superior de conocimiento.
Tal y como dijo Elgin:
“Nuestro tiempo es histórico, es único con respecto a algo crítico: no tiene escapatoria. Por primera vez en la historia, toda la población humana se enfrenta a un atolladero cuya solución precisa de nuestro trabajo conjunto en una iniciativa común que respete nuestra rica diversidad.” (7).
Leyendo literatura en torno a los futuros de la educación, me parece que la gente que se necesita para hacer frente a estos retos debería tener las cualidades siguientes:
· Coraje
· Impulso fuerte para actuar, fuerza de voluntad
· Tener perspicacia, imaginación y flexibilidad
· Innovador, capaz de salirse de los esquemas establecidos
· No ser egoísta, ser socialmente hábil
· Asumir la responsabilidad por las acciones propias y los demás
· Ver las cuestiones como parte de un “gran conjunto”
Eso me recuerda a un interesante estudio de hace unos años titulado "Holistic education and visions of rehumanized futures" (8). Gidley investigó cómo los jóvenes veían el futuro: ¿les intimida lo que les espera? ¿Cómo se sienten? Entrevistó a centenares de alumnos de secundaria de institutos públicos de Australia. Luego entrevistó a los alumnos que iban o habían ido a escuelas Steiner. Si bien sus hallazgos no son recientes, no creo que hayan variado mucho. Resulta una lectura interesante.
Futuros sociales
· Todos los alumnos expresaron una preocupación similar por tendencias actuales en lo que el medio ambiente, la justicia social y el conflicto se refiere.
· Los alumnos Steiner expresaron más sentimientos de empoderamiento con respecto al futuro
· Los alumnos Steiner hicieron gala de un “fuerte sentido del activismo para crear futuros más positivos”
· Los alumnos Steiner veían lo humano como el factor principal en los desafíos a los que nos enfrentamos.
· Los alumnos Steiner no ven, en general, que la tecnología aporte las respuestas necesarias; consideran más indicado que las respuestas están en nosotros mismos.
Gidley divide las respuestas de los alumnos Steiner en varias categorías que muestran:
· Activismo, cambios en valores
· Espiritualidad (estar despierto, ser consciente)
· Reconexión de la humanidad y la naturaleza (“resacralización”, redescubrir lo espiritual en el mundo)
· Desarrollo consciente
· Empoderamiento personal
· Empoderamiento comunitario
· Interconectividad
· Educación para los cuidados futuros.
Parece que la pedagogía de Steiner ya da resultados, lo que, sin duda, es alentador. Si embargo, ¿somos lo buenos que podríamos ser? ¿Es la manifestación de la pedagogía de Steiner que ofrecemos al mundo todo lo que debería ser? ¿Es lo buena que debería? ¿Es receptiva a las necesidades del presente, y mira hacia el futuro o está enmarañada y es demasiado dependiente de las tradiciones del pasado?
Steiner, en el ciclo de conferencias "La caída de los espíritus de las tinieblas" dijo, “Siempre debemos perseguir nuevas maneras, buscar una y otra vez nuevas formas… por muy bueno que sea lo que quieras realizar – con el paso del tiempo se convertirá en algo equivocado” (9). Al afrontar los retos únicos de principios del siglo XXI, tenemos que buscar una y otra vez nuevas formas de pedagogía. Aun no sabemos qué forma adquirirán esas nuevas ideas, pero sí creemos que lo que estos tiempos requieren es replicar lo que se ha venido haciendo (a menudo con éxito) durante décadas.
Fuera de lugar
En 1924, Steiner en una alocución a jóvenes pronunció esta frase realmente destacable: “Hoy día la mayoría de las personas están ostensiblemente fuera de lugar en el siglo veinte. Uno tiene la impresión de que ya vivían hace, al menos, cien años. No es que simplemente se han quedado en la misma edad; parece que se han quedado atascados en un momento mucho anterior a sus propios nacimientos” (10).
Merce la pena pensarlo bien. ¿Hasta que punto se puede aplicar actualmente? ¿En qué siglo o parte de un siglo crees que encajarías con mayor naturalidad? ¿Y tus colegas? ¿Y otras personas que conoces? ¿Tus políticos? Es mucho más que una mera pregunta para jóvenes que van hacia adelante y que asumen el lugar de la generación anterior. Esto pasa siempre. Steiner habla de hallarse a cien años o más de su tiempo.
En esta misma alocución, preguntó a los jóvenes asistentes cómo imaginaban que sería el mundo humano en 1935 si incorporara sus deseos de juventud. Como profesor, también merece la pena tenerlo en cuenta. ¿Cuáles son los impulsos en el alma de los jóvenes de hoy? ¿Cómo debería ser el mundo dentro de 10 años si los impulsos que tienen en sus almas logran encontrar un lugar en ese mundo futuro? Es una pregunta que podemos hacer a todos los jóvenes que encontremos. Tienen un sentido del lugar, del tiempo y, desde luego, de comunidad.
En este movimiento pedagógico de casi tiene cien años de historia debemos recrear, reavivar las llamas de entusiasmo por lo que hacemos. Steiner, en esa misma alocución, dice que el “entusiasmo lleva el espíritu en si mismo.” Tu entusiasmo por preguntar, discutir, retar, comprometerte, buscar una y otra vez nuevas formas, y seguir profundizando en tus conocimientos, tu entusiasmo por trabajar con otros, “no solo en tus tareas específicas,” contribuirá a hacer que la pedagogía Waldorf sea un movimiento innovador del presente, que es lo que necesitan nuestros alumnos. Así adquirirán la fuerza, el coraje y la sabiduría para abordar los retos mundiales que han elegido asumir.
Traducido por Mercè Amat
Referencias
(1) Steiner, R.: The foundations of human experience (R. F. Lathe, Trans.) GA293. Great Barrington, MA: Anthroposophic Press. 1919/1996, p. 31.
(2) Hougham, P.: Dialogues of destiny: A postmodern appreciation of Waldorf education. Malvern Hills, United Kingdom: Sylvan Associates. 2012.
(3) Gidley, J.: The future: A very short introduction. Oxford, United Kingdom: Oxford University Press. 2017.
(4) Oxford Martin School. Extraído de www.oxfordmartin.ox.ac.uk/, 20 de abril de 2017.
(5) Martin, J.: The meaning of the 21st century: The make-or-break century. New York, NY: Riverhead Penguin. 2007. (no disponible en español).
(6) Einstein, A.: Atomic education urged by Einstein. New York Times, p. 13. 1946, May 25.
(7) Elgin, D.: The 2020 challenge: Evolutionary bounce of crash? New York, NY: 2020 Challenge Report Project. 1998, p. 2.
(8) Gidley, J.: Holistic education and visions of rehumanized futures. In J. Gidley & S. Inayatullah (Eds.), Youth futures: Comparative research and transformative visions. Westport, CT: Praeger. 2002.
(9) Steiner, R.: La Caída de las Tinieblas (Trad. Juan Berlín.) GA177. México: Antroposófica. 1978.
(10) Steiner, R.: Youth and the etheric heart: Rudolf Steiner speaks to the younger generation. Addresses, essays, discussions and reports, 1920-1924 (C. E. Creeger, Trans.) GA217a. Great Barrington, MA: Steiner Books. 1920-24/2007, p. 132.
Neil Boland es profesor y coordinador de los programas de pregrado y grado de la Escuela de Pedagogía de la Auckland University of Technology de Nueva Zelanda. Le interesan varios temas de investigación: las indicaciones de Steiner para la música con los más pequeños, la contextualización de la pedagogía Steiner en contextos culturales y geográficos no europeos, y cuestiones relacionadas con la evaluación. Su trabajo incluye el fomento del diálogo entre el movimiento pedagógico Steiner y otras filosofías educativas.
Publicado por primera vez en el Pacifica Journal 51(1) a partir de las notas de la conferencia pronunciada en el Congreso de Educación Waldorf de la Cuenca del Pacífico celebrado en a escuela Waldorf de Honolulu en 2016. Adaptado por Katharina Stemann para Recursos Waldorf con el amable permiso de Neil Boland.