En principio, podemos decir que el proceso de reestructuración de las celebraciones Waldorf o la adaptación de las mismas a las circunstancias locales precisa de un dispuesto a desprenderse y a liberarse de las tradiciones europeas Waldorf.
Al repasar la bibliografía, he encontrado una tesis de máster de Suráfrica para la que la antropóloga Elizabeth Majoros (1) estudió el diseño de las celebraciones de la Escuela Waldorf de Ciudad el Cabo (Suráfrica) en 2009. En aquel entonces, el claustro de la escuela inició un debate abierto sobre el diseño de cada celebración anual.
La forma, una vez encontrada, no se repitió, pero al año siguiente se volvió a producir un nuevo diálogo de búsqueda. Esta actitud dialógica, que probablemente sea la base para crear celebraciones que se presenta a continuación, requiere un intercambio con las circunstancias locales, escuchar y responder una y otra vez, tal vez durante largos periodos de tiempo. Conlleva tiempo y paciencia, pero de esta “conversación” abierta con el entorno respectivo pueden surgir nuevas formas. En resumen, los procesos de Kusi Kawsay y la Escuela Waldorf Nairobi revelan tres posibles formas de creación de nuevas celebraciones anuales.
La senda tradicional como senda hacia la conciencia moderna
Las celebraciones de Kusi Kawsay no son realmente nuevas. Parten de las tradiciones locales ancestrales que, sin embargo, los fundadores de la escuela salvaron del olvido a través de una búsqueda apasionada y un amoroso diálogo con los ancianos de su cultura. Se basan en la naturaleza arcaica de los Andes que guardan una conexión directa con la naturaleza de los alrededores y sus seres invisibles.
Los seres humanos modernos pueden establecer esta conexión solo a partir de un proceso consciente y empático de observación de la naturaleza. Los fundadores de la escuela querían animar a los jóvenes indígenas, cuya cultura es aun marginada y desdeñada, a desarrollar una sana consciencia de si mismos. En este sentido, resulta de gran ayuda recuperar y revivir las tradiciones ancestrales.
A través de la observación de la naturaleza, se orienta a los niños y a los jóvenes para que se fijen en “lo que realmente ES”. Se espera que les ayude a superar cualquier prejuicio y, en última instancia, a desarrollar un pensamiento contemporáneo, independiente como camino hacia la libertad interior.
Senda cultural
Para crear la celebración anual más importante de la Escuela Waldorf de Nairobi se produjeron muchas conversaciones en la comunidad escolar. Los padres, miembros de cuatro de las principales religiones del mundo) inspiraron al claustro en la búsqueda de un motivo de celebración común, con el que todos, incluso los padres ateos, se pudieran identificar. Así es como nació la Fiesta de la Luz. Se escogieron motivos humanos generales frente a las celebraciones anuales Waldorf de índole cristiana como base para las demás fiestas de la Escuela Waldorf de Nairobi. Se transformaron los motivos y se situaron en un contexto más amplio a través de una celebración de modo que la conexión directa con el celebración cristiana pasó a un segundo plano.
Los motivos humanos universales son, por ejemplo, renunciar y compartir, o dar y el coraje. Los niños y los adolescentes pueden conectar con estos motivos y les pueden ayudar a ir cada año un poco más allá, independientemente de sus padres y de sus creencias religiosas.
La senda natural
El claustro de los dos parvularios de la Escuela Waldorf de Nairobi eligió una senda distinta. A lo largo de dos años, se realizó una observación objetiva y detallada de los fenómenos de la naturaleza y se documentó de forma individual. Cada semana, en una conferencia, se compartían y discutían las observaciones. Tras este largo periodo de observación no sesgada, la cuestión que se debatió fue qué motivos eran especialmente característicos de cada estación. Así pues, los motivos encontrados se seleccionaron como base para las celebraciones anuales del parvulario. La Fiesta del Arcoíris, por ejemplo, se creó siguiendo este método. Así, los niños pueden conectar directamente las celebraciones con su entorno.
La actitud dialógica
En las escuelas que estudié, observé una actitud del claustro de diálogo abierto a tres niveles: las tradiciones locales, las condiciones culturales y los fenómenos estacionales de la naturaleza respectivamente. Los procesos presentados aquí no son la única opción para crear fiestas orientadas a lo local en las escuelas Waldorf.
Me gustaría continuar debatiendo todas estas cuestiones en el <link internal-link el enlace interno en la ventana>foro.
Traducído por Mercè Amat
Vera Hoffmann hace 25 años que es maestra. Actualmente trabaja en Suiza. Durante siete años fue la directora en España de una pequeña escuela Waldorf y multicultural. En este periodo, la escuela dejó las raíces centroeuropeas y pasó a ser una escuela castellanohablante. Vera está especialmente interesada en los cambios en el seno del movimiento Waldorf internacional. Es una entusiasta de cuanto acontece entorno al escrutinio de las tradiciones y hábitos, orientados hacia las necesidades contemporáneas y las circunstancias locales y que exploran nuevos métodos pedagógicos Waldorf. Actualmente, en su clase hay familias de doce nacionalidades distintas, cuatro continentes y tres religiones del mundo. Vera intenta trasladar, a pequeña escala, ese interés a su clase.
Referencias
(1) Majoros, Elizabeth M.: Co-Creating at the Threshold: A Dialogical Approach to Festival Planning At a Cape Town Waldorf School, Master Thesis in Social Anthropology, Faculty of the Humanities, University of Cape Town, 2009.